Hasta dosmilonce

Debería estar durmiendo la siesta porque esta noche la casita del valle de mi querido Javi tendrá las luces encendidas hasta bien tarde, pero me apetecía pasar por aquí antes de que acabe dosmildiez. Por lo que veo, a la gente le cae bastante antipático este año que termina, aunque yo no puedo decir que tenga queja de él. Creo que he comentado alguna vez que soy tremendamente supersticiosa con la felicidad, y parece que sólo con decirlo en voz alta va a desvanecerse y a caer sobre mí todo el mal del universo (soy así de catastrofista); pero de este año, si no grandes -o lo que se suelen considerar "grandes"- cosas, sí que me llevo muchas pequeñas cosas buenas, y me siento enormemente agradecida.

Dosmilonce ya apunta maneras. Tengo muchas ganas de hacer cosas, y si eres de los que alguna vez no tuvo ganas ni de salir de la cama, sabrás cuánto se valora. Cuando pasen las fiestas y este ir-de-aquí-para-allá, me sentaré y contemplaré todo el año en blanco que tengo por delante.

Y ya sabemos que algo en blanco tiene infinitas posibilidades.

Muchísimas, pero muchísimas gracias por acompañarme durante dosmildiez. Feliz entrada de año. Hasta dosmilonce :)


(uno de esos domingos perfectos de este año)