Tenía yo un poco de pena porque no había podido celebrar el Día del Libro, y por celebrar me refiero a alguna pequeña gran aventura como visitar alguna feria, hacer una de esas excursiones a la biblioteca en las que salgo con un montón de libros tan dispares que parece que me los han encargado otros o, como mínimo, tener un ratito tranquilo de lectura. Pero no hubo nada de eso, porque esta semana ha venido de tal manera que he visto pasar el Día de la Tierra y el Día del Libro por delante de mis narices sin poder ni tan siquiera invitarles a una taza de té.
Y al llegar a casa me encuentro con que tengo una sorpresa esperándome: un detallazo que se han marcado los de Selfpackaging enviándome una rosa en una preciosa cajita-tarro de cristal para felicitarme el día.
¡Muchísimas gracias, Selfpackaging!
Y como todos los santos tienen novena, este fin de semana agarro mi rosa y mi libro y me monto un fiestón, ¡no tengo más que abrir por la página noventaynueve!
No olvidéis darle mucho amor a vuestros libros preferidos: ¡releedlos, abrazadlos y recomendad(me)los!
¡Feliz fin de semana!