domingo, 23 de febrero de 2014

Confesiones de la Señora Wilson

Estos últimos días he sido algo así como una Brian Wilson del craft. No por lo de genio, sino por lo de majara. He puesto el taller patas arriba, me he tirado al suelo, he emitido grititos y gruñidos, conversado con las criaturas que cosía y reído malevolamente al darme cuenta de que de un error salía un acierto. También me he agobiado mucho porque parece que por más que le eche entusiasmo y trate de organizarme, siempre surgen inconvenientes e interrupciones aquí y allá que tiran por tierra mis listas y propósitos. Me cuesta concentrarme y me persigue la sensación de que no me llega el tiempo.






A veces me gustaría hacer como Brian, encerrarme durante días, volverme loca del moño y que pase lo que tenga que pasar. Pero ahora tengo mucho sueño y me voy a dormir, porque Brian merendaba bocatas de LSD pero servidora no puede acercarse al café después de las doce del mediodía. 

¡Que empecéis bien la semana!

viernes, 7 de febrero de 2014

Nuevas criaturas

Tres nuevos amiguetes andan brincando por el taller y se asoman a saludaros: ¡os presento a Niña Ciervo, Niña Conejo y Miniamigo Gato!







Podéis conocerlos mejor aquí 


Ya es viernes y el findesemana se presenta prometedor: más horas de sueño, un concierto, un libro que terminar y planes para ampliar mi vestuario sin gastarme un duro, ¡casi nada!

¡Que lo paséis muy bien!

miércoles, 5 de febrero de 2014

Te quiero, te adoro y te condecoro

Se puede ganar una partida de parchís, un teletubbie gigante en una tómbola, una pelea de gatas en un bar a altas horas de la madrugada con el maquillaje corrido y un tacón en la mano... pero ganar un corazón, ¡eso es otro cantar!  Apuesto a que ya te ha venido más de un nombre a la cabeza. 

Por eso he pensado que sería una bonita idea ir por ahí condecorando con amor, y he preparado estas medallas con corazones blanditos para que los merecedores de tan noble distinción las luzcan en sus solapas. 





Vienen en una tarjeta de tela bordada (también disponible en español -te has ganado mi corazón-, o en swahili si se prefiere) que confieso que me ha supuesto un pequeño reto, porque yo tengo un problema de mijitismo con los acabados: las creaciones que se ganan mi corazón son casi siempre asimétricas, con deshilachados, costuras vistas y perfecta imperfección. Me refiero a una forma de crear más libre, más instintiva. Y yo, reprimida textil que comprueba cada milímetro de forma obsesiva, me he soltado la melena, he agarrado la máquina de coser como si fuera un toro mecánico y he hecho esta tarjeta textil con todos sus hilos al viento que para mí tiene todo el encanto del mundo.

             


Y que podéis encontrar aquí 


¡Que tengáis un estupendo jueves y apostéis vuestro corazón a lo loco!

lunes, 3 de febrero de 2014

Corazones contentos

Feliz año nuevo, aunque sea con algo (¡¿algo?!) de retraso. Me costó un poco organizarme tras las fiestas, los resfriados (así en plural, dándolo todo) y otras cuantas cosas, y cuando quise volver blogger me dijo que las fotos de las entradas las iba a subir Rita. Así que aquí me tenéis, dando brincos (brincos mentales; en realidad estoy sentada en el sofá al calor del brasero) por haber solucionado por fin el problema y deseándoos un feliz comienzo de año a día tres de febrero.




Dentro de pocos días es San Valentín, y yo, que soy muy fan de todas las festividades, he querido empezar a celebrarlo con este pequeño ejército de corazones contentos. Porque los corazones supercursi pueden enfrentarse a todo tipo de reveses, contrariedades e infortunios, pero son valientes, se quieren a sí mismos, celebran cada día y bailan,  ¡ellos son su propia fiesta! ¡Menudos son!








Están hechos con mucho amor en el taller supercursi, así que solo pueden transmitir cosas buenas, ¡garantizado! Si su criatura supercursi emite malas vibraciones o le hace tener pesadillas por las noches, será porque se la ha entregado un cartero con muy mala leche. Contacte cuanto antes con su oficina de correos más cercana o contraataque con irritante simpatía y amabilidad.



Podéis encontrarlos, como siempre, aquí 


Y con mi corazón más que contento por poder volver a hablaros desde esta ventanita, me despido hasta el próximo día, ¡que tengáis un estupendo comienzo de semana!