jueves, 5 de marzo de 2020

Flores de invierno

El comienzo de año siempre me resulta un poco difícil. Una cuesta de enero que nada tiene que ver con la de las noticias y que se extiende hasta febrero o hasta que el frío empieza a amainar. Mi batería es solar, qué le vamos a hacer.




Hace poco una niña me dijo que adivinase cuál era su estación favorita.

-La primavera -contesté-.
-Sí. ¿Cuál más?
-El invierno -porque sé que le encanta la Navidad-.
-Sí. ¿Cuál más?
-¿El verano?
-Sí. ¿Y cuál más?
-Pues... el otoño
-Sí
-¿Todas las estaciones son tus favoritas?
-¡Sí!

Ahí estaba: una niña de seis años dándome una lección mientras yo contaba los días que faltan para la llegada oficial de la primavera.

 





He hecho unas casas muy pequeñitas, tanto que sus habitantes no pueden medir más de 6 cm. Las fachadas son collages hechos con retales diminutos de la Gran Bolsa de Retales que está junto a la mesa del taller y que es como un caldero mágico: remueves y comienzan a saltar chispas de ideas.







No está de más recordar que en invierno también hay flores. Y si no, me las bordo.