lunes, 25 de agosto de 2014

Verano, y lo que queda

Mi verano ha estado siendo un poco raro, lento, corto, antiverano a ratos. Es una estación en la que se suelen poner demasiadas expectativas, y a veces sucede como con las nubes, que las ves ahí arriba y parecen mullidas y abrazables, pero cuando bajan y te ves en medio de ellas extiendes los brazos y no hay nada. Estás en la nube, pero no puedes tocar la nube.

Aun así, echo un vistazo a estas semanas atrás y encuentro muchos momentos sueltos que son los que probablemente recordaré del verano dosmilcatorce, más que las tardes muerta de asco deseando estar en éste o aquel lugar haciendo ésta o aquella cosa. Es típico y tópico eso de los pequeños momentos, los pequeños detalles, pero es así. Monet se liaba a hacer puntos de colores que solo a partir de cierta distancia se transforman en un paisaje, y nosotros a veces somos muy de pegar las narices al cuadro y decir "¡pero si aquí no hay más que puntos!".


 

 

 


 


 

1. Pantano de El Chorro 2. Amorcito 3. El día que eché a andar y llegué al quinto pino y me comí un helado 4. En mi familia los platos se preparan bonitos 5. Horquillas para un flequillo creciente 6. Mini cómic que le hice a Jesús para su cumpleaños 7. Merienda sorpresa


De paisajes, por cierto, no me puedo quejar. Por fin pudimos hacer una escapadita y pasar unos días recorriendo la Sierra de Tejeda, Almijara y Alhama, el Valle de Lecrín y algún pueblo de la Alpujarra. Estuvimos en un camping de los de toda la vida, donde los niños se hacen amigos y saltan de la bici como si les quemara para comprarse un helado en el bar. Nos dormíamos escuchando al búho (y a las niñas cantando canciones de Malú a grito pelao) y nos despertaban las urracas. Íbamos a bañarnos al embalse mientras la gente aun desayunaba y aprovechábamos lo mejor del lugar. Nos adentramos en los Tajos de Alhama. Bebimos agua medicinal en Dúrcal. Compramos magdalenas gigantes en Lanjarón y tuvimos que volver a por más. Manoseamos los mapas, escuchamos a los Beach Boys mientras atravesábamos campos áridos e hicimos un máster en comidas de lata aptas para vegetarianos.









1. Embalse de los Bermejales 2, 3 y 4. Mirador en el Valle de Lecrín 4. Moras recién cogidas para desayunar en Órgiva 5. Ardilla en la Pantaneta de Alhama 6. Chocolate fondant en Lanjarón

Casi siempre ando haciendo fotos de detalles y me olvido de salir en ellas (y en cierto modo lo evito porque poso fatal), pero a ver quién es la guapa que le dice que no a la combinación puerta azul + cestos + tarros de miel + macetas de esta tiendecita de Lanjarón.





Y lo que queda de verano.


















jueves, 7 de agosto de 2014

En lontananza

Se acercan al galope nuevos miniamigos con muchos bordaditos y otros amigos grandotes; tengo la mesa del taller hecha un Sleepy Hollow, ¡toda llena de cabezas!


 






 Esta semana las criaturas supercursi y yo aparecimos respondiendo a unas preguntas muy divertidas (bueno, yo respondí y las criaturas posaron) en el blog de La Princesita, que ya quisiera la realeza contar con un miembro tan polifacético en su corte porque ella lo mismo te dibuja que te organiza un evento o te tatúa, entre muchas otras cosas; y todo eso sin que se le despeinen los rizos. Podéis leerla aquí.




¡Buenas noches y feliz findesemana!