Los miniamigos están pensados y diseñados principalmente para los más pequeños,
pero hacen buenas migas con todo el mundo porque son así de majos.
Son blanditos, manejables y de tacto suave, y llevan una pequeña pieza de lazo en la parte trasera para poder pasarle un cordón y llevarlos de paseo o quitárselo y jugar con ellos.
A mí siempre me han gustado los muñecos pequeñitos con los que puedes inventar mil y una aventuras: jugar con ellos entre la hierba, improvisarles una cama con una cajita de cartón y un pedazo de tela, llevarlos en el bolsillo como compañeros secretos, construírles una casa con bloques de madera, hacerles tacitas diminutas con los capuchones de las bellotas...¡a menudo lo más sencillo es lo más divertido!
Me voy a preparar un sandwich y a acurrucarme a ver la final del Carnaval de Cádiz, a ver hasta qué hora aguanto sin caer frita, ¡buenas noches y que paséis un bonito findesemana!