Así, de repente. O al menos llegó a La Casita Marrón, que ya está provista de mantas para la cama y el sofá. Noviembre nos deja a oscuras desde la hora de la merienda y nos acerca poco a poco al Invierno, pero no por ello es triste o aburrido. Como siempre, es cuestión de saber sacarle partido a todas las situaciones.
Por el Norte seguramente os reiréis del frío que puede hacer aquí abajo, pero oye, frío es, y algunos días de Invierno lloraría porque tengo que salir de la cama antes del amanecer. Y mira que yo soy de las que se agobia enseguida cuando va forrada de ropa, pero este año me gustaría hacerme con un par de jerseys gooordos y laaargos para ponérmelos con minifaldas al más puro estilo Velma de Scooby Doo.
Leer no es una actividad exclusiva de los meses fríos, ¡faltaría más! Recuerdo la Primavera que estaba leyendo a Emily Dickinson a la vez que aprendía a identificar la flora autóctona y brincaba por los caminos en un estado de cursilismo agudo e insoportable. O el Verano en el que cada día, después de comer, tenía una cita frente al ventilador para releer Jane Eyre. Pero ya sabéis, leer mientras al otro lado de la ventana diluvia tiene un encanto especial, y yo tengo esta prometedora historia esperando el momento adecuado para dar comienzo.
Consumir frutas y verduras de temporada es otro de los motivos para disfrutar de cada estación. Las técnicas modernas y la importación han hecho que podamos comer cualquier cosa prácticamente durante todo el año, pero merece la pena ceñirse al calendario de la Naturaleza y beneficiarnos de las ventajas de comer algo que haya recorrido el camino más corto posible de la huerta a tu mesa. En casa lo tenemos muy en cuenta, y hace unos días llegamos contentos y cargados con provisiones salidas directamente de la parcela de un señor muy majo.
Si os interesa seguir el ritmo del campo en la cocina, podéis estar al tanto con el calendario de la OCU o con esta guía de la FACPE.
De aquí salieron una crema y un bizcocho de calabaza que se terminaron ayer y ya los estoy echando de menos
Ambientar la casa es importante cuando vas a pasar muchas horas en ella. Desde aquí puedo veros repineando fotos de apartamentos escandinavos en los que bebés rubios corretean por alfombras blancas que jamás se ensucian y refugios de montaña con chimeneas prendidas y vigas de madera, ¡deteneos, insensatos! Una manta o colcha bonita para el sillón, velas, fundas de cojines y guirnaldas de luces son detalles la mar de asequibles que crean un ambiente acogedor al instante. Y recordad que pocas cosas perfuman más un hogar que una cafetera o un horno encendidos; Amorcito tuvo una racha en la que le dio por preparar manzanas asadas día sí, día no y la casa olía a gloria.
vía Pinterest
Vela de Mu-Mu
¡Feliz domingo y que disfrutéis del frío!
4 comentarios:
Me encanta el frío y acurrucarme con una mantita en el sillón. Leer o ver la tele o... ¡Ahora tejer!
Me gustan los patucos y los jerséis bien gorditos, en definitiva, me encanta este frío que empieza a llegar y todo lo que ello conlleva :)
Espero que el libro también me guste :) Tengo muchas ganas de leérmelo :)
Un besazo requetegordo Yle :)
Aquí en México ya se siente más el frío, hasta parece que nuestros muertitos lo trajeron, porque por aquí estaba terminando las fiestas de día de muertos y la noche se volvió fría, fría :D
Todo lo que cuentas está genial, leer, abriguititos gordos, comidas ricas, que bonita temporada se viene en tu casa <3
Saludos!
A mí me gusta mucho poner alhucema a quemar, yo soy una abuela y ese olor me trae recuerdos de cuando se echaba en el bracero!! Me encanta este tiempo y las mantitas y el arroz con leche.BESITOS. Ani-Sevilla
Ani, la alhucema en el brasero siempre me recordará a la casa de mi abuela, cuando jugaba con las muñecas recortables y me entretenía en arrancar los flecos quemados de la funda de la mesa de camilla :) ¡Gracias por traerme ese recuerdo!
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