Cien cosas a la vez

Se dan en mí dos caracterísiticas incompatibles: trabajo mejor de noche y me gusta levantarme temprano. Muérome de sueño.

Estos días han sido un no parar entre costuras, búsqueda de materiales, excursiones bonitas, el fabuloso showroom de Sayukocraft que debeis visitar sin falta si vivís en Málaga, clases en el colegio y demás. Voy preparando la mini colección de Halloween sobre la marcha, y quizá la aproveche para arrancar mi tienda etsy de una vez.

Se han apuntado un par de niñas más al curso de diseño de complementos. El otro día empezamos a usar pasta de modelar, e improvisé este sencillo collar con una figurita que hice hace tiempo para que vieran el resultado.



Les he preguntado qué tipo de música les gusta para llevarla a clase, y ya me veo escuchando a Haze, La Húngara y Hanna Montana, ¿quién me manda preguntar nada? ¿Se pueden hacer dulces setitas de cuento mientras suena una canción sobre la cocaína? ¿Conseguiré que amen a los Beach Boys?

En fin. También he tenido tiempo de hacer pendientes imposibles.




Su propio nombre lo indica: en un principio parecen imposibles de combinar, pero lo cierto es que dan mucha alegría a la cara y sirven para romper un look uniforme. El otro día vi a una chica vestida de marrón chocolate de la cabeza a los pies, ¡qué bien le hubiera sentado un buen par de pendientes imposibles!