Rancho Relaxo

Como en aquel capítulo en el que Marge Simpson huye a Rancho Relaxo en busca de paz y relajación, la semana pasada invertí algo más de veinticuatro fabulosas horas en la casita del pueblo de mi querido Javi. El viento en los árboles, los pájaros, los grillos y las ranas croando de madrugada. Nada más. Bueno, y el desayuno en el porche, la merienda viendo Barrio Sésamo y una improvisada hoguera de San Juan en la que quemamos nuestros deseos mientras bebíamos infusión de hinojo para alejar a los malos espíritus (se supone que el hinojo se pone en la ventana, pero chica, una infusión calentita al fresco de la noche reconforta y mucho).

Crema de cacahuete + queso, mi combinación favorita del momento


Ni siquiera recordé por un instante que he perdido/me han robado la cartera, con todo el desbarajuste -denuncia, cancelación de la tarjeta, hacerme otro D.N.I. a.k.a. misión imposible- que ello implica.

Total, que casi me tienen que arrancar de la columna del porche para llevarme de vuelta al hogar. Lo bueno es que tanto mirar las nubes y la Marie Claire Idées me han provocado uno de esos arrebatos creativos en los que la cursilibreta echa humo y me planteo dejar de comer o dormir (mejor de dormir) o no me dará tiempo a todo. Poquito a poco. De momento ya han brotado las primeras zanahorias.



¡Feliz findesemana y mucho relax-o!