Se puede ganar una partida de parchís, un teletubbie gigante en una tómbola, una pelea de gatas en un bar a altas horas de la madrugada con el maquillaje corrido y un tacón en la mano... pero ganar un corazón, ¡eso es otro cantar! Apuesto a que ya te ha venido más de un nombre a la cabeza.
Por eso he pensado que sería una bonita idea ir por ahí condecorando con amor, y he preparado estas medallas con corazones blanditos para que los merecedores de tan noble distinción las luzcan en sus solapas.
Vienen en una tarjeta de tela bordada (también disponible en español -te has ganado mi corazón-, o en swahili si se prefiere) que confieso que me ha supuesto un pequeño reto, porque yo tengo un problema de mijitismo con los acabados: las creaciones que se ganan mi corazón son casi siempre asimétricas, con deshilachados, costuras vistas y perfecta imperfección. Me refiero a una forma de crear más libre, más instintiva. Y yo, reprimida textil que comprueba cada milímetro de forma obsesiva, me he soltado la melena, he agarrado la máquina de coser como si fuera un toro mecánico y he hecho esta tarjeta textil con todos sus hilos al viento que para mí tiene todo el encanto del mundo.
8 comentarios:
precioso!
Cómo me gusta!!! Precisamente son los bordes deshilachados los que le dan ese toque tan diferente.
me encanta la idea!!!!
Una idea con mucho amoooor...Besos
Que graciosos!! Parecen las medallas de las carreras de caballos.
¡Son taaaan bonitos! Desde luego que ganarse una condecoración así no es tarea sencilla, y qué mejor premio (después del corazón propio del individuo amado, claro) que un regalo tan chuli :)
Pero qué idea tan bonitaaaa!! Me encantan esos hilos al viento. Aún recuerdo la ilustración tan bonita que creaste el aňo pasado por San Valentín
Such a cute idea! I am not precise in sewing too, so I understand your problems.
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