Camping

Si no termino de escribir esta entrada será porque me he derretido; mi madre vendrá a decirme cualquier cosa y encontrará el roñoso vestido que llevo hoy en medio de un charquito frente al ordenador...una tragedia.

En fin, calores y otras pequeñas tormentas cotidianas aparte, que vaya dos días que llevo, estoy animada porque mañana ¡me voy de camping! ¡Yupi! Cuando era pequeña solía ir al mismo camping todos los veranos y recuerdo el sonido de la cremallera de la tienda por la mañana y el del vecino clavando sus piquetas encima de las nuestras (porque aquel camping era de "llegar y topar", nada de parcelitas y vallas) como música celestial. Esta vez iré con G a otro camping en un lugar que nos encanta, verde, tranquilito y con un río en el que retozar cual ninfa. Así que aquí estoy, empapándome del más idílico espíritu campestre en lugar de buscar los sacos de dormir y el camping gas.

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Y, como soy una cursicampista, tendré ocasión de estrenar mi mantelito customizado. Lo compré hace tiempo en el mercadillo y, bueno, técnicamente no es un mantelito, sino una especie de funda de cojín gigante, pero mi idea era usarlo como mantel. El caso es que al traerlo a casa descubrí unas pequeñas manchitas que no había visto bajo los rayos cegadores del señor Sol, así que blandí la aguja, el fieltro, unos botones sencillos negros a los que no les daba ningún uso, un poco de paciencia y...voilà! Así de mono me ha quedado:




Ahora sí, voy a preparar el equipaje, ¡pasad un buen findesemana!