¡Por fin vuelvo a tener internet en casa! He estado casi un mes mordiéndome las uñas pensando en la cantidad de cosas bonitas que me estaba perdiendo, así que aquí estoy haciendo mis deberes y poniéndome al día con blogs y sitios preferidos. Precisamente hoy me he topado con una maravillosa noticia en
El reino encantado de Casiopea, ¡muchísimas felicidades, Tamara!
En mi ciber-ausencia me he mantenido ocupada con otras tantas cosas:
-Como cada findecurso desde hace unos años, me han encargado una montaña de broches para dos colegios, ¡y ya están todos terminados!


-También tengo un encarguito en proceso que está quedando muy majo; en cuanto lo termine quiero ponerme a hacer mil cosas nuevas, ¡qué ganas!
-Hace un par de semanas terminé un taller para niños de diferentes culturas en el que cada lunes tomábamos el té (uno muy flojito, para que no se me subieran por las paredes) y ellos traían cosas ricas típicas de sus países para merendar. El último día quise corresponderles con una tarta de galletas, pero resultó que sólo pudo venir una niña. Cuando entró por la puerta le dije: "Tengo dos noticias: una buena y otra mala. La mala es que no ha venido nadie más; la buena es que nos vamos a poner hasta arriba de tarta de galletas". ¡Viva, viva!
-En una de mis visitas al mercadillo de los domingos encontré nuevos tesoros para mi colección: vasos bonitos y un maravilloso salero seta (que deberá ser usado junto con las tazas búho, los platos hoja y el tarro erizo)
-Alguna mañana me he homenajeado con ricos desayunos. Zumo de naranja natural + tostada con crema de cacahuete*, queso y canela

*la marca Hacendado ha sacado una buenísima y con poquitos ingredientes -algo que tengo mucho en cuenta.
-También he tenido tiempo para pasear con amorcito, que siempre me lleva a sitios mágicos :)
Y después de un findesemana estupendo, me dispongo a empezar la semana con buen ánimo, ¡espero que vosotros también!