lunes, 2 de septiembre de 2024

Quién me manda

 Empecé esta pieza a las tres de la madrugada por razones evidentes.




Que sí, que le falta la tilde en "quién", y ya está corregido pero hice las fotos antes de reparar en ese detalle y si no lo aclaro me moriré.




La fina ironía de usar tela de una sábana vieja


qué Qué QUÉ terrible es querer y no poder dormir, sean cuales sean los motivos. El insomnio me ha acompañado de diferentes formas a lo largo de la vida, y ya de pequeña me costaba horrores conciliar el sueño. "Eres un buhíto", me decía mi abuela, que daba cabezadas en el sofá mientras yo seguía con los ojos como platos.

Pero, dejando a un lado cosas tan mundanas como la absoluta necesidad de descansar para funcionar como un ser humano decente, el insomnio es como vivir dos veces, o como tener dos vidas paralelas: la cotidiana y la que transcurre en todas esas horas en las que deberías estar durmiendo. Grandes revelaciones y momentos que nadie más que una misma debería presenciar han surgido de esas horas intempestivas. Esa vida extra sin las interrupciones propias del día me ha dado, además, la oportunidad de aprender, de acceder a una formación no oficial a base de películas, documentales, textos, canciones que se perciben de manera muy diferente en ese estado de alteración de la mente producido por la falta de sueño. A la luz del día siguiente todo palidecerá un poco como el color de una cortina a la que le ha dado mucho el sol, pero siempre queda un poso y en gran parte estoy hecha de los posos de lo que vi con una claridad inexplicable durante esas horas en vela.



Con estos ojitos lo vi


La noche es de los que se aman, pero también de los que no se soportan a sí mismos ni al mundo y necesitan un descanso, aunque no sea en forma de sueño reparador. Hay sitio para todos.



2 comentarios:

aStroStrich dijo...

Que te eches la siesta leches!

zombydolls dijo...

Bendito insomnio que te dio la inspiración para coser esa bonita y rica taza de café. Me alegro que vuelvas a dar vida al blog