miércoles, 19 de julio de 2023

Alas pequeñas para un largo viaje

El año pasado fue complicado a nivel personal y desastroso a nivel creativo. Mi salud mental me dejó tiradísima y durante meses no tuve ganas de nada; las ideas me sobrevolaban de cuando en cuando como estrellas fugaces y como tales se desvanecían antes de que fuera capaz de convertirlas en algo. Entrar en el taller y enfrentarme a esa mesa llena de proyectos a medias cogiendo polvo tampoco era un plan que me apeteciera demasiado.

Aun así, algunos días me esforzaba en dar un par de puntadas por aquí y por allá -remates, zurcidos, cosas sencillas-, pero ésta fue la primera pieza consistente que empezó a tomar forma tras el letargo, al principio juntando retalitos sin demasiada convicción y, m u u u y  p o c o  a  p o c o, añadiendo, probando, inventando de nuevo. 




Se puede decir que es grande, porque cada vez me animo a hacer piezas un poco más grandes: 81 x 50 cm. Cosida, bordada y acolchada a mano. Como la hice en casa de mis padres usé los materiales que tenía allí y fueron más que suficientes: las nubes son el cuello de un vestido de cuando era pequeña, el pájaro fue un prototipo de vestido para muñecas que hizo mi amigo Javi, el ribete es el bajo de un vestido de mi madre y la tela de cuadros era de un pijama de mi padre. He estado bien rodeada.






La terminé a principios de este año. Después de abrirme paso a puntadas, contemplar mi firma en un trozo de vaquero raidísimo fue lo que más satisfacción me produjo, como un "he vuelto". Aunque fuera un poco. Deshilachada y todo.



Seguimos volando



1 comentario:

aStroStrich dijo...

Nunca podrán volar como las aguilas...o como nosotros! arriba!