Reina Mora es una pequeña tartita más que suficiente para uno, aunque también puede compartirse con otra persona si se desea. Al ser de galletas es sencillísima y rápida de hacer y no necesita horno, sólo un ratito en la nevera, ¡si la preparas después de comer la tendrás para la merienda!
Ingredientes:
-galletas redondas
-leche
-chocolate a la taza
-pasas
-canela
-curry
Ponte algo rojo: un vestido, una diadema, unas braguitas (¡uuuuh!) o píntate las uñas. No, esto no le da sabor, pero así entramos en materia.
Dispón en un plato tres galletas redondas formando un corazón (o una cabeza de Mickey Mouse: la cabeza y las dos orejas). Moja cada galleta en leche con una pizquita de canela para que queden más jugositas. Puedes rellenar los huecos con trocitos pequeños de galleta.
Prepara chocolate a la taza; con una taza de leche será suficiente. Ve añadiendo el chocolate poco a poco removiendo con las varillas hasta obtener la consistencia adecuada (Nota: es conveniente que quede espesito para que no se desparrame mucho y que el corazón de galletas no se transforme en la cabeza de E.T., como me ha sucedido a mí). Añade al chocolate una pizca de curry, algo menos de media cucharadita.
Alterna capas de galletas y chocolate y pon algunas pasas (mejor picaditas) cada vez que viertas chocolate. Con cinco capas tendrás una tarta de un tamaño bastante decente.
Si te ha sobrado chocolate, tienes dos opciones:
-añade más capas
-rebáñalo con la cuchara de madera y cara de pecado
Deja enfriar un rato en la nevera y decora con lo que tengas por casa: fideos de colorines, coco o chocolate rallado, cereales machacados. Acurrúcate en el sofá con una manta, blande la cuchara y ¡ataca!
Si te falta algún ingrediente o no te gusta alguno (mi hermano Curro detesta el curry, paradojas de la vida), modifícalo a tu gusto, ¿quién es la Reina Mora? Tú ¿Quién decide? Tú.
Juro que pretendía ser un corazón, ¡pero está buenísima!