martes, 5 de mayo de 2015

Gatito y Sansevieria

Tengo una nueva compañera en el taller, una sansevieria, que es una plantita tan resistente que creo que no corre ningún peligro conmigo. El crimen que cometí con la lavanda hace años aun pesa sobre mi conciencia.




En casa de mi abuela había muchas plantas: helechos, cintas, esparragueras. Era casa y pensión, y era tan increíble que merecería otra entrada aparte, pero si echo un vistazo general a los recuerdos que tengo de ella me vienen a la mente baldosas sueltas bajo las que escondíamos tesoros, el baúl de los disfraces, escuchar las campanas desde la azotea, la cestita para transportar cosas por el hueco de la escalera y muchas, muchas plantas.




Así que, llevada por un arrebato hogareño, he salido al patio y he secuestrado a una de las sansevierias. Hacía tiempo que rondaba la casa como una hiena buscando dónde poner algunas macetas, o una bonita planta colgante como ésta, pero ya os he contado que La Casita Marrón es bastante oscura y no le iba a hacer yo la pascuala a ningún ser vivo porque se me hubiera puesto en el moño ser una señora con plantas, por muy poca luz y cuidados que necesitara la criatura. Hasta que caí en la cuenta de que, si hay un rincón donde el Sol se digne a entrar e incluso quedarse por unas horas, ése es el taller.




Y aquí está, a mi lado mientras escribo; muchas veces le sonrío a modo de saludo, y sé que, a su manera, lo percibe. Y es tan maja y tan sencilla ella que me dio por dibujarla.




 Y después de dibujarla, el paso natural para mí era bordarla, y ponerla en una bonita maceta que ahora sostiene este Miniamigo Gatito.




Está bordado con mucho cuidado en lino gris, una de mis nuevas telas preferidas y que, a pesar de su sencillez, me costó tanto encontrarla como el lugar idóneo para mi plantita. 





Si queréis conocerlos mejor, podéis hacerlo como siempre aquí.


¡Buenas noches y rodeaos de verde cuanto podáis!


3 comentarios:

Petite Blasa dijo...

Espero que las plantas se te den mejor que a mí, que salen corriendo en cuanto me ven asomar.

El lino es una tela que me encanta, no tanto las señoras hilachas que suelta la condenada, aunque siempre merece la pena el resultado.

Tus dibujos me gustan más que lamer el plato después de comer helado ♥

Lorena dijo...

Seguro que tu planta está muy contenta de estar a tu lado y ver cómo trabajas, y si viera que has hecho un gatete con ella, de homenaje, se le caería la baba.

the gaditan birder dijo...

El lino es una maravilla, me encantan todas las telas naturales, sólo con verlas te inspiran y te evocan naturaleza. Y si encima se convierten en un gatito amante de las plantas ya es lo más.
Un abrazo!!
Pd: me chiflan las casas de las abuelas de antes. La de la mía estaba en Algodonales, y recuerdo la carnemembrillo que hacia en una especie de cuevita. Ummmmmmmmmm qué gusto..